junio 2016

“Nos encontramos con una ilusión especial, con muchas ganas de llevar el proyecto adelante” Javier Santesteban

Este maestro industrial de 50 años, y que cumple en agosto 30 trabajando en Bildu Lan, es fiel reflejo de la historia y de las expectativas de la empresa.

 

Javier Santestesteban. 50 años, 30 de ellos trabajando en Bildu Lan, casado con Ana y con dos hijos: Ander, de 21 años; e Irune, de 19. Antiguo alumno de Salesianos, en Pamplona, donde estudió maestría industrial de 1980 a 1985.

La historia de Javier en la empresa comienza junto a una semipunteadora manual: “Entré en Bildu Lan de rebote, porque estaba preparando unas pruebas para trabajar en otra empresa”, recuerda el actual coordinador de la sección de mecanizado, quien finalmente no realizó ninguna prueba, ya que al día siguiente de estar en Bildu Lan entró en prácticas durante dos semanas con su posterior contratación.

Durante 22 años Santesteban fue fresador, hasta que hace 8 pasó a ocupar la coordinación de mecanizado.

¿Cómo ha cambiado la empresa en estos 30 años?

Al principio se hacía mucho piecerío y utillaje y las máquinas eran muy sencillas; lo que había en la época. Ahora las máquinas llevan una tecnología mucho más avanzada. Posiblemente es el progreso tecnológico lo más destacado: tema de robots, visión artificial, etc.

¿Ese cambio tecnológico ha estado ligado a un cambio de clientes?

Ahora se trabaja más para empresas grandes, multinacionales, que requieren de soluciones más complejas. En definitiva, máquinas con una mayor tecnología y con unas especificaciones más exigentes.

Y el día a día en el trabajo, con los compañeros, ¿es distinto?

Cuando entré yo hace 30 años éramos más bien una familia grande. Entonces trabajábamos una veintena de personas. Ahora somos más de 40, eso cambia un poco la perspectiva. Pero el compañerismo es el mismo.

¿Cuál es el mejor momento que recuerdas?

Cuando se empezaron a comprar fresadoras de control numérico; y de eso hace 28 años. A los 2 años de entrar en Bildu Lan ya estaba trabajando en una de esas máquinas. En ese momento dimos un salto cualitativo muy importante. Ganamos mucho en producción y en calidad de las piezas.

También recuerdo cuando se amplió la nave: ganamos el doble de capacidad y entonces se crearon las oficinas.

Ahora mismo la ilusión es especial, con más ganas para sacar el proyecto Bildu Lan adelante. Tenemos un reto importante pero nos encontramos con ganas porque los clientes han confiado en nosotros.